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lunes, 23 de diciembre de 2013

Atrapando estrellas

Sé que he pasado mucho tiempo sin traerles nuevo material y no estoy en condiciones para prometerles ser más activo en el blog pero haré todo lo posible por traerles nuevo material más seguido. En fin, disfruten esta historia que lleva dos dedicatorias, ellos saben quienes son. Disfrútenla



Todos han visto el cielo nocturno al menos una vez en su vida y han sido cautivados por el grandioso esplendor que las estrellas emiten. ¿Cuántos de ustedes no han querido atrapar o tan siquiera tocar una de esas hermosas estrellas? Siempre a la vista, siempre fuera de nuestro alcance. Pero ¿Sabías que existe una forma de atrapar una estrella? Sí, existe una forma aunque nada fácil y a veces puede resultar dolorosa. No sé si existan más formas de atrapar estrellas pero yo conozco esta: Puedes atrapar una estrella siempre y cuando no la quieras para ti sino que quieres entregarla a alguien especial. Esta idea nació hace tiempo en una noche de lluvia de estrellas, recuerdo haberle dicho a una persona que quería mucho:

-Hoy hay lluvia de estrellas, sal a verla conmigo -
-Lo siento, no puedo, atrapa una por mí-

Y lo hice… no sé cómo pero cuando me di cuenta ya tenía la estrella en las manos, se la entregué y le susurré al oído “pide un deseo”. No me arrepiento de haberle dado esa estrella pues él la merecía.

Después de un tiempo me estuve preguntando el como esto había sido posible, como es que cuando estas enamorado podías lograr tales cosas. Jamás conseguí la verdadera respuesta pero llegué a una antigua leyenda alemana que cuenta sobre un oscuro mago, el cual tenía once aprendices, siempre once y estos cambiaban continuamente pues eran sacrificios para que el oscuro maestro siguiera viviendo. Uno de sus alumnos era sumamente poderoso, podía fácilmente confrontar al oscuro maestro pero no lo hacía porque, así lo dijo él, “no tengo una novia” lo que yo traduje en “no tengo nadie por quien pelear”. Sin embargo, un chico con un amor, aprendió de su compañero y logró derrotar al oscuro maestro. Es así como pude comprender un poco mejor el como “estar enamorado” te permite lograr tan fantásticas hazañas.

En mi segunda lluvia de estrellas logré atrapar otra estrella y yo sabía muy bien a quien le pertenecía. La envolví muy bien, tenía una caja y un moño, y me la quedé un tiempo pues estaba esperando el momento ideal para entregarla. La estrella comenzó a perder brillo poco a poco, comprendí entonces que la estrella brillaba gracias al amor con la que se entregaba. Ese mismo día decidí entregártela pues temía que el sentimiento que comenzaba a nacer en mi interior muriera con el brillo de aquella estrella. Cuando llegué donde solías estar al mediodía te encontré en brazos de alguien más. Sentí un gran peso caer en mi interior, no supe que hacer y, a pesar de que aún dudaba sobre lo que sentía en mi interior, me dolió mucho el verte con alguien más. Decidí no decir nada, no quería incomodarte ni hacer nada que te hiciera sentir mal. Me acerqué sigilosamente procurando que no me vieras, dejé la estrella en tu mochila y salí de ahí. Estoy seguro que pensaste que él te la había dado. Estoy seguro que eres, y en serio perdón por decirlo, lo bastante imbécil para olvidar aquél día que te quedaste dormido en la lluvia de estrellas, no pudiste verla conmigo. Sé que no estábamos en el mismo lugar pero el mismo tiempo y el mismo cielo pudieron haber creado la ilusión de estar juntos admirando como las estrellas caían. En fin, no quiero hacerte sentir mal, en realidad te deseo lo mejor en lo que estas iniciando, tal vez encontraste, o re-encontraste, algo en él que yo jamás te pude dar y, tal vez, jamás haya podido dártelo. 


Algo me dice que la estrella no murió ese día, que aún hoy sigue brillando, dentro de su caja, y seguirá brillando por mucho tiempo más pues la entregué con sinceridad y sin esperar nada a cambio. Ojalá esa estrella te de paz cuando la veas. Mientras tanto yo seguiré mi camino, quien sabe, tal vez un día alguien me de una estrella, tal vez no, pero sea como sea tengo que seguir mi camino ¿No? Así que suerte en el tuyo, espero que nos volvamos a encontrar.


Espero que les haya agradado este pequeño relato, los veo en la próxima entrada.

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