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viernes, 30 de noviembre de 2012

"Una vida entre sueños" // CAPITULO IV: La cruda verdad

-Me encanta estar contigo – dijo Chris acariciando el rostro de Oz- no puedo creer que todo esto sea real

-Un momento existimos… al siguiente desaparecemos… - Dijo Oz- Es inc…

El cerebro de Chris desconectó al oír esas palabras… era completamente cierto la vida es muy corta, en cualquier momento podríamos desaparecer, era doloroso pero cierto… así que Chris agarró de la mano a Oz y se lo llevo al parque, Chris no sabía porque lo hacía pero quería decirle a Oz todo lo que sentía en el lugar donde comenzaron a conocerse.

-¿Qué hacemos aquí? –Dijo Oz entre risas

-Quiero decirte algo- dijo Chris enfrente de él- No sé lo que ocurre ahora, no sé como es que paso todo esto, solo sé que te tengo que decir algo… Te amo Oz, eres el primer hombre con el que he estado y esto que he vivido contigo es simplemente fantástico.

-Yo también te amo Chris – dijo Oz acercándose a él- estaré contigo por siempre… pero tienes que despertar- Lo tomo de las manos y lo cubrió con las alas que le crecían de la espalda- Por favor tienes que…

- ¿Despertar?- Pensó Chris – ¿A que se refiere?

Fue cuando algo conectó en su cerebro, ¿Alas? ¿CÓMO ERA POSIBLE QUE LE SALIERAN ALAS DE LA ESPALDA? Eso es simplemente imposible… ¿Qué es lo que estaba ocurriendo? ¿A que se refería con…

Fue cuando Chris se vio a sí mismo en una cama, sin poder mover ni manos ni pies, una pared blanca asfixiante y acolchada para que los pacientes no se hicieran daño mientras le suministraban una inyección letal… estaba en un manicomio… Poco a poco todo fue volviendo a su memoria y fue cuando lo comprendió todo:

Aquel día, en el parque Oz le confesó algo a Chris que él no pudo soportar, le gustaba una chica, la rabia lo dominó y mató ahí mismo a Oz con una puñalada en el corazón… después de haber cometido el crimen no quería creerlo, el dolor emocional y mental era demasiado que se comenzó a cortar su brazo izquierdo mientras su cordura se rompía en pedazos enloqueciéndolo…

Un único pensamiento corría por su mente: morir, no podía con esto… simplemente se despidió con una lágrima en el rostro mientras el veneno hacía su trabajo…

Así es como todo termino, con una lágrima y ahora se preguntarán ¿Cómo lo sé? Bueno pues yo soy una parte de Chris, no era del todo él, solo una parte, una parte de él que se mantuvo cuerda en la medida de lo posible, y una parte independiente que vivía también en una pequeña libreta negra donde decidió escribir toda esta historia para lograr aliviar el corazón de un chico que perdió la cordura por ser incomprendido… un chico llamado Chris. Que en paz descanse.

-Soul

viernes, 23 de noviembre de 2012

"Una vida entre sueños" // CAPITULO III: Vestiduras de ilusión

Con esfuerzos  Chris logró despertarse, sin saber exactamente lo que pasaba, sabía que había soñado algo… no recordaba respecto a que o quien solo recordaba que una gran mancha negra… pero no un negro común… era como si fuera un negro misterioso… como si se combinara con algún otro color…
-Un color oscuro… tal vez morado o… - Pensó Chris pero no quiso seguir indagando, algo en su interior le decía que no debía profundizar en eso, simplemente sacudió su cabeza dando por terminado el tema.

Se levantó y se dispuso a comenzar su día, se sentía extrañamente con muchas energías, se fue flotando hasta la ducha y se percató que su brazo izquierdo le dolía aun cuando este parecía estar “limpio”, es decir, sin ninguna herida de cualquier tipo, al no encontrar nada que hacer con su brazo decidió ignorar el dolor y continuo con su baño.

Salió de su casa con un aire completamente nuevo, sentía como si todo fuera más ligero, tan ligero que podía ir volando a la escuela siendo arrastrado por el viento.
Al llegar a su salón de clases se encontró con una razón más por la que sonreír en este fantástico día… Oz…

No sabría decirles que lo impulso o de donde saco el valor que usó pero se acercó felizmente esquivando todo el salón hasta llegar a él.

-Hola- Dijo Chris lanzando una sonrisa.

-Hola- Dijo Oz en un tono normal pero sonriendo a Chris.

-Este sábado hay una exposición de arte en el centro ¿Te gustaría ir?

-Claro, te veo ahí a las 12-

-De acuerdo-

Chris regresó a su lugar a sentarse, gracias a su estado de ánimo fue como sentarse encima de una nube. Las clases transcurrieron con una velocidad increíble, Chris simplemente se perdía con el paisaje de la ventana, pues era completamente alucinante, gracias a que tenía su música veía cosas asombrosas pasar por la ventana, y a esta misma velocidad llegó el fin de semana, podría decirse que Chris disfruto su semana viajando entre mundos fantásticos por la ventana, peleando con criaturas y dragones, entre muchas otras cosas, y todo mientras intentaba poner atención a sus clases.

El sábado llegó con una mañana radiante, Chris se levantó y comenzó su día con una gran sonrisa en la cara, tomo una ducha y salió al exterior. Comenzó a caminar sin saber a donde ir y, no sé como sinceramente, llego a su destino, la exposición de arte y a lo lejos vio una larga y hermosa cabellera y al instante supo de quien se trataba, era Oz, su respiración se agitó pero fue capaz de acercarse corriendo a él, fue como si sus brazos se convirtieran en alas que tenían como objetivo acobijar a Oz, y fue lo que hizo, lo abrazó por la espalda.

-Hola- le dijo Chris al oído- ¿Algo interesante que ver?

-Eres lo primera cosa interesante que he visto en este lugar- le dijo Oz con una voz completamente dulce

-Me alegra oír eso- dijo Chris caminando con él sin alejar sus grandes alas de su cuerpo, era como si intentará protegerlo de algo… o alguien.

Caminaron así un buen rato hasta que se encontraron con la exposición de pintura, hubo un cuadro que llamo mucho la atención de Chris, era una chica, una chica muy bella pero no pudo contemplar el cuadro completamente pues su cabeza comenzó a doler de una manera muy grave al mismo tiempo que unas imágenes espantosas comenzaban a aparecer en su mente, como si su mente fuera a explotar, o como si una serie de cuchillos quisieran salir disparados desde el interior hacia diferentes direcciones, un cuerpo rodeado de sangre en suelo, rosas blancas manchándose de sangre… de alguna forma sabía que el ver ese cuadro le había causado el dolor, tenía que irse pero el dolor no lo dejaba moverse, no podía concentrarse lo suficiente como para poder caminar, comenzaba a ser insoportable…

-¡CHRIS!- oí gritar a Oz cuando Chris se dejo caer al suelo agarrando su cabeza con fuerza
Oz tomo a Chris en sus brazos intentando calmarlo, pero no obtuvo mucho éxito así que decidió cargarlo y llevarlo lo más rápido posible a su casa para que descansara, no sé como es que paso pero al siguiente instante Chris estaba recostado y Oz estaba a su lado tomando su mano muy cerca de su boca, tenía una expresión muy preocupada

-¿Cómo te encuentras? – preguntó Oz

- Bien… creo – dijo Chris

- Me alegro – dijo Oz - ¿Qué te ocurrió?

- No lo sé, fue como si mi mente quisiera explotar cuando vi aquel cuadro – dijo Chris mientras se sentaba en su cama – Pero no te preocupes ahora estoy mucho mejor

Oz se abalanzó a él abrazándolo

-Me diste un buen susto – dijo Oz entre sollozos

El calor del cuerpo de Oz logró transportar a Chris a un mundo que jamás había visitado, un mundo lleno de suspiros, polvos de hada y fantasía… creo que es eso que los humanos llaman “sentirse enamorado”.

Se hacía noche, Oz estaba en la sala pues no quiso dejar solo a Chris, lo dejó acostado en su cama bien abrigado con una toalla doblada en la cabeza para aliviar la fiebre la cual cambiaba cada cierto tiempo. Mientras tanto en la mente de Chris comenzaban a salir imágenes aterradoras, una pared blanca asfixiante, piquetes en los brazos que le inyectaban veneno y  unas correas que no permitían que se moviera, Chris comenzaba a temblar un poco entre sueños lo que preocupaba a Oz obligándolo a permanecer su lado toda la noche.

A la mañana siguiente lo primero que vio Chris fue a Oz recostado en la cama, una imagen que logró hacer que se le escapara una lágrima, una lágrima llena de amor que se convirtió en cristal…
Chris decidió levantarse a ducharse, quería despejar su mente de todo lo que había soñado y un buen baño era la mejor terapia para esas cosas. El sonido de la regadera despertó a Oz que volteo a ver la ducha y se estiró, volteó a ver un pequeño cuaderno negro, un cuaderno que significaba un mundo para Chris pero él no lo sabía así que lo tomo y comenzó a leerlo, cuando Chris volvió con el cabello húmedo y ropa limpia lo vio y se quedó parado mirándolo fijamente.

-… ¿Qué… que haces?-

-¿Tu escribiste todo esto? Es simplemente hermoso- Dijo Oz

-DAME ESO – dijo Chris arrebatándole la libreta- Jamás le he enseñado esta libreta a nadie… es demasiado personal…

-Lo… lo siento no lo sabía- se disculpó Oz- Pero realmente es muy hermoso

-Mucho de lo que hay aquí esta inspirado en ti – dijo Chris bajando la mirada

-Chris… - susurró Oz mientras se acercaba a Chris – eres una persona fantástica, el conocerte ha sido fantástico para mí… pero tengo que decirte algo…

Las palabras que dijo después Chris las borró de su mente pero estoy casi seguro que dijo algo como “Despierta ya”, después de eso se fueron al parque a acostarse un rato en el césped mientras Chris le enseñaba su libreta más a fondo explicándole el porqué de cada escrito y de cada dibujo. De alguna forma Chris sentía que había estado ahí antes en esta misma situación, pero no lograba ordenar del todo su mente como para recordarlo, muchas cosas pasaban por ella pero la que ocupaba más espacio era este momento, este instante…

El tiempo pasó y se oscureció, se dirigieron a la casa de Chris tomados de la mano, era como si fueran uno solo, cada uno desplegó un ala y volaron juntos…

viernes, 16 de noviembre de 2012

"Una vida entre sueños" // CAPITULO II: Oz

Oz era un chico bajo de estatura, un cabello largo que caía sobre sus hombros, unos ojos profundamente negros con un tono rojizo y una sonrisa que encendía una llama en el pecho de Chris. Chris siempre admiraba a Oz desde las sombras, sin nunca hacerse notar, simplemente era feliz al verlo, a veces lo admiraba mientras Oz jugaba baloncesto y le encantaba ver como volaba su cabello mientras corría de un lado a otro, como se movía para esquivar a sus oponentes, como su cara cambiaba cuando jugaba, era como si entregara su alma cuando jugaba pues se notaba lo feliz que lo hacía jugar, pero lo que más le gustaba a Chris es que cuando Oz se sentaba a descansar antes de seguir jugando siempre se ponía escribir en la primera hoja que encontrará, se concentraba tanto al escribir que era admirable, Chris no tenía la menor idea de lo que Oz escribía pero quería descubrirlo.

Un día Chris se puso a escribir un poema dedicado a Oz, no puso nombres pero expresaba todo su amor por él y el dolor que sentía al saber que nunca podría estar a su lado, lo arrancó de la libreta en que lo escribió y lo guardo en su preciada libreta negra. Pero ese día chocó con otro chico mientras intentaba salir del salón y cayó al suelo tirando su libreta lo que provocó que salieran varias hojas de ella, comenzó a recogerlas pero al ver que Oz se acercaba intento recoger todo con rapidez y salir de ahí lo antes posible, pero olvido una hoja en el suelo, y fue Oz quien la recogió e intento gritar a Chris para devolverla pero Chris ya se había ido… decidió guardarla y se fue a su casa.

Lo siguiente es un poco confuso para mí pues solo sé lo que aquella hoja vivió, no se en que momento fue o porque razón pero Oz estaba acostado en su cama leyendo el poema, y podría jurar que derramaba una lágrima cuando terminaba de leerlo…


Al día siguiente Chris estaba caminando a su casa aislado en su mundo sin querer prestar atención a nadie, cuando llego a casa se percató que le hacía falta una hoja… y no cualquier hoja, el poema que iba dirigido precisamente a Oz, solo sintió que el mundo se le venía encima, esa hoja era literalmente una parte de él, no pudo dejar de sentirse mal ni aún dormido, se levanto completamente desganado al otro día y se fue a la escuela.

Se sentó en su asiento aún en un estado depresivo, se percató que por la puerta entraba Oz, solo soltó un suspiro, se puso sus audífonos, y contemplo el paisaje que se asomaba por la ventana hasta que una silueta se interpuso entre él y la ventana, al levantar la vista para descubrir de quien se trataba aquella silueta sintió un vacío en el estómago, un latido que casi destroza su pecho y sus piernas comenzaron a doler…. Ahí estaba, esa sonrisa que siempre lograba encender una llama en su corazón.

-Hola- Dijo Oz en un tono un poco infantil pero que enterneció a Chris

-Ho… hola…- Dijo Chris con un tono nervioso y una voz temblorosa.

-Emm… ayer noté que se te cayó esto- Dijo Oz estirando la mano con una hoja

El rostro de Chris cambio asomando lo que parecia la mitad de una sonrisa, pocas veces lanzaba esa sonrisa por lo que podrían decir que estaba realmente agradecido por recuperar esa hoja

Chris tuvo que esforzarse mucho para lograr responder y apenas logró articular una palabra

-Gra… gracias-

-¿Tú lo escribiste?- Indagó Oz jalando una silla para sentarse

-Sí… pero no es muy bueno – Dijo Chris estabilizando poco a poco su voz.

- A mi me cautivo – Dijo Oz- Siéndote sincero lloré mientras lo leía.

-¿En serio?- Dijo Chris -  Yo nunca me consideré talentoso, realmente solo escribía para lograr expresar mis sentimientos.-

-En verdad es muy hermoso eso que escribiste, expresaste por completo que sientes al no poder estar con esa persona que tanto amas, puedo decir que me hiciste sentir lo que tu sientes- dijo Oz- yo también he escrito unas cosas y me gustaría compartirlas-

-Me encantarías leerlas- Dijo Chris – también me gustaría compartirte unos escritos, eres la primera persona con la que he podido hablar de esto- Bajó un poco la mirada y se sonrojo pero Oz no lo notó
-Me encantaría leer más de lo que escribes, mañana es sábado y estoy libre, si estas de acuerdo podemos vernos en un parque para compartir nuestros escritos- Dijo Oz lanzando una sonrisa tan sincera que hizo que Chris sintiera que caía en el vacío.

- Por… supuesto- Dijo Chris sonrojándose un poco más- Nos vemos mañana

Las clases continuaron y Chris admiraba a Oz, pero no era como siempre lo hacía, ahora sonreía al verlo y bajaba la mirada sin saber por qué.

Al finalizar el día Chris salió del salón con la rapidez usual pero una mano se posó en su hombro obligándolo a girar su cabeza mientras se detenía

-Esto es un pequeño cuento que escribí – dijo Oz mientras le extendía una hoja- No olvides que mañana nos vemos en el parque que esta cruzando la calle a las 2 en punto.

-De acuerdo- Dijo Chris sin saber que más decir, simplemente le sonrió haciendo un gesto de despedida con la mano y continuó su camino.

Chris solo se encerró en su cuarto intentando juntar todos los escritos que tenía para compartirlos con Oz, mientras sonreía tontamente sin poder creer que pasaría un tiempo junto a el hombre que había iluminado su corazón tantas veces. Lo puso todo en orden y ya entrada la noche se dispuso a dormir leyendo la historia de Oz como cuento para dormir. En la mañana siguiente se preparó, comió algo y comenzó a guardar todo en una mochila, aún tenía una hora para llegar así que tomo un mazo de cartas de un juego llamado Wicart que hace tiempo que no jugaba, y se puso en camino, al llegar al parque saco su mazo y contemplo sus cartas recordando viejos tiempos jugando con el único amigo que tuvo y que por desgracia tuvo que mudarse a otro país y no volvió a saber de él, pasó el tiempo y no sé percató de que Oz había llegado hasta que escuchó un grito

-¡No puede ser! ¡¿También juegas Wicart?! – Gritó Oz emocionado – Mira tengo mi mazo de cartas aquí ¿Quieres jugar un rato mientras compartimos nuestros escritos?

Chris simplemente estaba sin habla, en toda su vida solo conoció a un chico que jugara Wicart y le emocionaba mucho el hecho de que podría revivir viejos tiempos

-Em… algo así, hace mucho que no juego, no he tenido con quien jugar- Dijo Chris.

-Vamos hay que jugar, me encanta este juego- Dijo Oz aún emocionado

Y así comenzó esa tarde que Chris guardó con tanto afecto en su corazón, jugaron por un tiempo mientras leían historias del otro y comentaban mutuamente lo que leían, es de las pocas veces que he visto a Chris sonreír de tal manera, pasó el tiempo y Chris se dio cuenta de que Oz llevaba un balón de baloncesto, así que no pudo evitar preguntar

-¿Por qué llevas ese balón? –

-¿Qué? … Ah esto –Dijo agarrando el balón- Juego en un equipo de baloncesto y tenía planeado practicar un poco antes de llegar a casa… ¿Quieres jugar?-

-Pues… -Dijo Chris en un tono pensativo- nunca he sido bueno en ningún deporte, pero el baloncesto siempre me ha llamado mucho la atención – Lo cual no era mentira, Chris odiaba todos los deportes excepto el baloncesto

-Genial, vamos a jugar, podría enseñarte unos cuantos movimientos- Dijo Oz levantándose del césped y se dirigió a la cancha de baloncesto que estaba del otro del parque

Chris se arrepintió por un momento, no era muy bueno jugando pero siguió a Oz por el simple hecho de seguir pasando un lindo rato con él

Chris apenas se movía y a Oz eso le causaba gracia, pero se divirtieron por un buen tiempo antes de que comenzara a oscurecer.

-Me ha gustado hablar contigo- Dijo Oz sonriendo

-A mi también – Dijo Chris- Deberíamos repetirlo

-¡Por supuesto! – Dijo Oz con un tono de alegría – Bueno, yo me voy por acá, nos veremos el lunes en clases

-Adiós- Dijo Chris despidiéndose de lejos dirigiéndose a su hogar

Llegó a casa y no pudo evitar escribir un poema expresando toda su euforia y se fue a dormir,  al día siguiente tenía que ir a comprar una navaja a la tienda, la necesitaba para poder hacer sus dibujos pues con la navaja se puede dar forma a la punta del lápiz, así que se puso una chamarra con gorro, sus audífonos y se dirigió a la tienda, por desgracia (y pronto descubrirán por qué) Oz había quedado de acuerdo con una chica a ir a la misma tienda por unas cosas, Chris no se percató de la presencia de Oz hasta que él chocó a propósito con Chris para saludarlo, solo se sonrieron y se fue cada uno por su camino, Chris estaba de camino a su casa pero decidió acostarse un momento en el césped del parque. El sol le daba en la cara así que cerró los ojos y después de unos minutos algo le tapaba el sol, abrió los ojos y no pudo evitar sonreír tontamente al ver a Oz

-¿Qué haces aquí? – Preguntó Chris

- Nada en especial – Respondió Oz- Pasaba por aquí y te vi y quise venir a hablar contigo… además de disculparme

- ¿Disculparte? – Chris puso una expresión de duda al mismo tiempo que se sentaba para poder hablar con Oz- ¿Por qué?

- Por saludarte así hace rato – Contestó Oz – Lo que pasa es que estaba con la chica que me gusta
Esas últimas palabras comenzaron a girar en la mente de Chris, ¿La chica que le gustaba? ¡¿Cómo es eso posible?! Chris estaba seguro de que Oz sentía algo por él. El poema que tanto le gusto a Oz iba dirigido a él… él vino a Chris con una actitud tan sensible que no podía significar nada menos que interés… Chris simplemente no podía con esto, se levantó del césped con la mirada baja, las lágrimas recorrían su rostro y se acercó lentamente a Oz… todo se volvió negro… lo siguiente que recuerdo que pasó es que Chris estaba en su cama.

sábado, 10 de noviembre de 2012

"Una vida entre sueños" // CAPITULO I: Chris

Comienza con la Introducción


Antes de comenzar esta historia quiero que conozcan al protagonista: Chris  un chico que podría definirse como el típico chico solitario: Pensativo, poeta, amante de la música, odia estar rodeado de personas con cabeza de adorno… en fin el típico estereotipo de chico solitario.

Chris siempre viajaba con una pequeña libreta negra que no dejaba que nadie tocara, ni siquiera la guardaba en la mochila, siempre la tenía entre sus brazos, esa libreta representaba su mundo y muy a menudo se le veía sumergido en ella escribiendo o dibujando cosas sin sentido que sentía o pensaba.

Desde que comenzó a interesarse por las enfermedades mentales él cree que podría ser maníaco depresivo pues tiene algunos síntomas, no estoy del todo seguro de que esto sea cierto, pero algo es seguro él tenía problemas mentales y conforme la historia avance irán entendiendo de lo que hablo.
Bueno eso es mentalmente, físicamente es esbelto, su ropa no es muy especial, de hecho a Chris no le importaba dar una buena apariencia a los demás se vestía con lo que encontraba sin considerar lo que otros pudieran pensar y su cabello era el mismo caso, no lo peinaba, no le importaba dar una apariencia que la sociedad considerara “aceptable”.

Chris ha tenido lazos emotivos profundos con otras personas, pero al final terminan rompiéndose por lo cual Chris comenzaba a ver el mundo en un tono completamente gris, y cada vez que quería hacer un nuevo lazo con una persona su mente comenzaba a gritar todo tipo de cosas para impedirlo, provocando su preciada y hasta cierto punto involuntaria soledad.

Bien, ahora que conoces el pasado de Chris, o al menos los detalles importantes, podemos comenzar esta historia que comienza en un día como cualquiera en su salón de clases y, como siempre, repelía a todo el mundo para poder continuar solo aislado en un mundo musical, hasta que, en su clase de literatura, alguno de sus compañeros paso al frente a leer un cuento, su voz era suave e hipnotizante, y su cuento era simplemente hermoso… Fue cuando lo vio, un chico lleno de color… un chico con cabellos de ébano… un chico llamado Oz.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Introducción a "Una vida entre sueños"

[Lectura obligada antes de comenzar a leer la historia de "Una vida entre sueños"]



“Tenía 16 años cuando asesine a otro ser humano”

Parece mentira y desearía que lo fuera pero por desgracia no lo es, de hecho es el comienzo de esta historia, pero será mejor regresar en el tiempo para que puedas entender mejor esta historia. Mi nombre es Soul y seré tu guía en esta distorsionada historia de un chico consumido por una locura de amor… un chico llamado Chris…


sábado, 6 de octubre de 2012

El poeta muerto // The dead poet

Son tres escritos completamente distintos pero con la misma temática, uno en inglés y dos en español. Espero les agrade y sus comentarios son muy bien recibidos.



Oh little boy
You die before you born
Now your soul
don't want to show
the art it create
and the poetry you made
-------------------------
I'm almost sure
you hide a beauty Soul
Maybe you have the cure
for a broken heart
You all are a mistery
or maybe I'm just blind
but sometimes you look lonely
If I just can calm your mind...
--------------------------
Aquel chico... el del alma atormentada
... el del corazón reprmimido
.... el de la voz apagada
Él... él era un poeta, pero murió antes de que su arte conociera el mundo...
Si tan solo pudiera usar la mítica piedra filosofal
para devolverte la vida y conocer tu poesía



Tal vez les suba una imagen del Poeta Muerto que me dio tanta inspiración

sábado, 15 de septiembre de 2012

El príncipe

Hace mucho tiempo vivía un príncipe que lo tenía todo: joyas, pretendientes, poder... en fin todo, con solo mover los dedos conseguía todo lo que deseara. Pero a pesar de todo esto, el seguía siendo un príncipe a solo un matrimonio de conseguir el verdadero trono, y puesto que al reino no le importaba con quien se casara el príncipe, él solo tenía que encontrar a alguien que quisiera casarse con él. El pueblo estaba muy contento con el príncipe, pues aunque su palabra aún no era ley, siempre intentaba ayudar a todos los habitantes de su reino.

En fin, el príncipe tenía muchas pretendientes, demasiadas para ser sinceros, y el príncipe se tomaba el tiempo para conocer a todas y cada una de ellas y aunque todas eran muy bellas, ninguna de ellas lograba cautivar su corazón, el príncipe no quería casarse solo por subir al trono, el quería enamorarse y ser feliz con su matrimonio.

Un día el príncipe decidió pasear por un jardín en el pueblo, no había mucha gente puesto que la mayoría estaba trabajando, así que el príncipe podía estar perdido en su mente sin interrupciones, a lo lejos vio a un chico, no lo reconoció y eso era extraño pues todos se conocían en el pueblo.

"Puede que no le haya prestado atención antes" . Pensó el príncipe y al notar que este chico tenía una hoja en blanco y una pluma con tinta en la mano se llenó de curiosidad y se dispuso a hablar con el chico.

-¿Que haces? - Preguntó el príncipe
-Escribo una historia- Le dijo el chico
-¿Sobre que?-
-Sobre un chico que se enamora de última persona que creyó enamorarse-
-¿Y quien resulto ser esa persona?- Indagó el príncipe
-No sé, aún no logró descifrar esa parte-
-¿Descifrar?-
-Sí, mi mente crea historias y yo las escribo-
-Genial, me encantaría escuchar el final de esa historia-
-A mi me encantaría relatartela- Dijo el chico sonriéndole al príncipe

El príncipe le devolvió la sonrisa, pero fue una sonrisa de lo más dulce que hablaba por sí sola, el corazón del príncipe latió fuerte y el príncipe sintió como caía en el vacío dando vueltas en el infinito... Se había enamorado

El príncipe por fín llego al Castillo y anunció que por fin se casaría, y al hacerlo se dio cuenta de que no sabía el nombre de este chico. Sus súbditos se estaban movilizando para encontrarlo pero el príncipe les dijo que no, que el amor los volvería a reunir.

Pasaban los días, las semanas, los meses y el chico no aparecía, el príncipe pasaba por el parque todos los días con la esperanza de verlo otra vez.

Un día decidió cambiar el paisaje y fue a un lago que estaba del otro lado, se sentó a pensar que tal vez no lo volvería a ver, pero que estaba feliz por esos minutos que paso con él.

-¡PRÍNCIPE!-

Alguien lo llamaba por detrás, era el chico

-¿Donde te habías metido?- Le preguntó el príncipe - Te he estado buscando por meses, tengo que decirte algo-
-Lo siento, tuve unos problemas mentales- Dijo el chico
-¿Que tipo de problemas? - Indagó el príncipe
-Desde que te deje ese día en el parque no he podido imaginar otra cosa, cada vez que cierro los ojos aparecía tu sonrisa en mi mente- El chico bajo la mirada sonrojándose
-De eso quería hablar - Dijo el príncipe- Lo mismo me pasa contigo, es por eso que te he estado buscando - El príncipe se puso de rodillas- ¿Quieres casarte conmigo?

Hubo un pequeño silencio, pero el chico simplemente se emocionó y lo abrazó rodando juntos en el suelo.

El reino estaba feliz de ver a su príncipe sonriendo de tal manera, se casaron y gobernaron de la mejor manera posible. Otros reinos los veían con ojos de reproche pero el pueblo era feliz así como iban las cosas.

Después de un año, precisamente en el primer aniversario de bodas, el príncipe se acerco con su esposo y le dijo
-Jamás me dijiste como acabo el cuento que estabas escribiendo-
-Creo que sabes muy bien el final de ese cuento- Le respondió - Acaba con un beso, en el primer aniversario de bodas de los dos enamorados- Y se acercó a darle un beso lleno de amor



FIN