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viernes, 30 de noviembre de 2012

"Una vida entre sueños" // CAPITULO IV: La cruda verdad

-Me encanta estar contigo – dijo Chris acariciando el rostro de Oz- no puedo creer que todo esto sea real

-Un momento existimos… al siguiente desaparecemos… - Dijo Oz- Es inc…

El cerebro de Chris desconectó al oír esas palabras… era completamente cierto la vida es muy corta, en cualquier momento podríamos desaparecer, era doloroso pero cierto… así que Chris agarró de la mano a Oz y se lo llevo al parque, Chris no sabía porque lo hacía pero quería decirle a Oz todo lo que sentía en el lugar donde comenzaron a conocerse.

-¿Qué hacemos aquí? –Dijo Oz entre risas

-Quiero decirte algo- dijo Chris enfrente de él- No sé lo que ocurre ahora, no sé como es que paso todo esto, solo sé que te tengo que decir algo… Te amo Oz, eres el primer hombre con el que he estado y esto que he vivido contigo es simplemente fantástico.

-Yo también te amo Chris – dijo Oz acercándose a él- estaré contigo por siempre… pero tienes que despertar- Lo tomo de las manos y lo cubrió con las alas que le crecían de la espalda- Por favor tienes que…

- ¿Despertar?- Pensó Chris – ¿A que se refiere?

Fue cuando algo conectó en su cerebro, ¿Alas? ¿CÓMO ERA POSIBLE QUE LE SALIERAN ALAS DE LA ESPALDA? Eso es simplemente imposible… ¿Qué es lo que estaba ocurriendo? ¿A que se refería con…

Fue cuando Chris se vio a sí mismo en una cama, sin poder mover ni manos ni pies, una pared blanca asfixiante y acolchada para que los pacientes no se hicieran daño mientras le suministraban una inyección letal… estaba en un manicomio… Poco a poco todo fue volviendo a su memoria y fue cuando lo comprendió todo:

Aquel día, en el parque Oz le confesó algo a Chris que él no pudo soportar, le gustaba una chica, la rabia lo dominó y mató ahí mismo a Oz con una puñalada en el corazón… después de haber cometido el crimen no quería creerlo, el dolor emocional y mental era demasiado que se comenzó a cortar su brazo izquierdo mientras su cordura se rompía en pedazos enloqueciéndolo…

Un único pensamiento corría por su mente: morir, no podía con esto… simplemente se despidió con una lágrima en el rostro mientras el veneno hacía su trabajo…

Así es como todo termino, con una lágrima y ahora se preguntarán ¿Cómo lo sé? Bueno pues yo soy una parte de Chris, no era del todo él, solo una parte, una parte de él que se mantuvo cuerda en la medida de lo posible, y una parte independiente que vivía también en una pequeña libreta negra donde decidió escribir toda esta historia para lograr aliviar el corazón de un chico que perdió la cordura por ser incomprendido… un chico llamado Chris. Que en paz descanse.

-Soul

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