-Un color oscuro… tal vez morado o… - Pensó Chris pero no
quiso seguir indagando, algo en su interior le decía que no debía profundizar
en eso, simplemente sacudió su cabeza dando por terminado el tema.
Se levantó y se dispuso a comenzar su día, se sentía extrañamente
con muchas energías, se fue flotando hasta la ducha y se percató que su brazo
izquierdo le dolía aun cuando este parecía estar “limpio”, es decir, sin ninguna
herida de cualquier tipo, al no encontrar nada que hacer con su brazo decidió
ignorar el dolor y continuo con su baño.
Salió de su casa con un aire completamente nuevo, sentía
como si todo fuera más ligero, tan ligero que podía ir volando a la escuela siendo
arrastrado por el viento.
Al llegar a su salón de clases se encontró con una razón más
por la que sonreír en este fantástico día… Oz…
No sabría decirles que lo impulso o de donde saco el valor
que usó pero se acercó felizmente esquivando todo el salón hasta llegar a él.
-Hola- Dijo Chris lanzando una sonrisa.
-Hola- Dijo Oz en un tono normal pero sonriendo a Chris.
-Este sábado hay una exposición de arte en el centro ¿Te
gustaría ir?
-Claro, te veo ahí a las 12-
-De acuerdo-
Chris regresó a su lugar a sentarse, gracias a su estado de
ánimo fue como sentarse encima de una nube. Las clases transcurrieron con una
velocidad increíble, Chris simplemente se perdía con el paisaje de la ventana,
pues era completamente alucinante, gracias a que tenía su música veía cosas
asombrosas pasar por la ventana, y a esta misma velocidad llegó el fin de semana,
podría decirse que Chris disfruto su semana viajando entre mundos fantásticos
por la ventana, peleando con criaturas y dragones, entre muchas otras cosas, y
todo mientras intentaba poner atención a sus clases.
El sábado llegó con una mañana radiante, Chris se levantó y
comenzó su día con una gran sonrisa en la cara, tomo una ducha y salió al
exterior. Comenzó a caminar sin saber a donde ir y, no sé como sinceramente,
llego a su destino, la exposición de arte y a lo lejos vio una larga y hermosa
cabellera y al instante supo de quien se trataba, era Oz, su respiración se
agitó pero fue capaz de acercarse corriendo a él, fue como si sus brazos se
convirtieran en alas que tenían como objetivo acobijar a Oz, y fue lo que hizo,
lo abrazó por la espalda.
-Hola- le dijo Chris al oído- ¿Algo interesante que ver?
-Eres lo primera cosa interesante que he visto en este
lugar- le dijo Oz con una voz completamente dulce
-Me alegra oír eso- dijo Chris caminando con él sin alejar
sus grandes alas de su cuerpo, era como si intentará protegerlo de algo… o
alguien.
Caminaron así un buen rato hasta que se encontraron con la
exposición de pintura, hubo un cuadro que llamo mucho la atención de Chris, era
una chica, una chica muy bella pero no pudo contemplar el cuadro completamente
pues su cabeza comenzó a doler de una manera muy grave al mismo tiempo que unas
imágenes espantosas comenzaban a aparecer en su mente, como si su mente fuera a
explotar, o como si una serie de cuchillos quisieran salir disparados desde el
interior hacia diferentes direcciones, un cuerpo rodeado de sangre en suelo,
rosas blancas manchándose de sangre… de alguna forma sabía que el ver ese
cuadro le había causado el dolor, tenía que irse pero el dolor no lo dejaba
moverse, no podía concentrarse lo suficiente como para poder caminar, comenzaba
a ser insoportable…
-¡CHRIS!- oí gritar a Oz cuando Chris se dejo caer al suelo
agarrando su cabeza con fuerza
Oz tomo a Chris en sus brazos intentando calmarlo, pero no
obtuvo mucho éxito así que decidió cargarlo y llevarlo lo más rápido posible a
su casa para que descansara, no sé como es que paso pero al siguiente instante
Chris estaba recostado y Oz estaba a su lado tomando su mano muy cerca de su
boca, tenía una expresión muy preocupada
-¿Cómo te encuentras? – preguntó Oz
- Bien… creo – dijo Chris
- Me alegro – dijo Oz - ¿Qué te ocurrió?
- No lo sé, fue como si mi mente quisiera explotar cuando vi
aquel cuadro – dijo Chris mientras se sentaba en su cama – Pero no te preocupes
ahora estoy mucho mejor
Oz se abalanzó a él abrazándolo
-Me diste un buen susto – dijo Oz entre sollozos
El calor del cuerpo de Oz logró transportar a Chris a un
mundo que jamás había visitado, un mundo lleno de suspiros, polvos de hada y
fantasía… creo que es eso que los humanos llaman “sentirse enamorado”.
Se hacía noche, Oz estaba en la sala pues no quiso dejar
solo a Chris, lo dejó acostado en su cama bien abrigado con una toalla doblada
en la cabeza para aliviar la fiebre la cual cambiaba cada cierto tiempo. Mientras
tanto en la mente de Chris comenzaban a salir imágenes aterradoras, una pared
blanca asfixiante, piquetes en los brazos que le inyectaban veneno y unas correas que no permitían que se moviera,
Chris comenzaba a temblar un poco entre sueños lo que preocupaba a Oz
obligándolo a permanecer su lado toda la noche.
A la mañana siguiente lo primero que vio Chris fue a Oz
recostado en la cama, una imagen que logró hacer que se le escapara una
lágrima, una lágrima llena de amor que se convirtió en cristal…
Chris decidió levantarse a ducharse, quería despejar su
mente de todo lo que había soñado y un buen baño era la mejor terapia para esas
cosas. El sonido de la regadera despertó a Oz que volteo a ver la ducha y se
estiró, volteó a ver un pequeño cuaderno negro, un cuaderno que significaba un
mundo para Chris pero él no lo sabía así que lo tomo y comenzó a leerlo, cuando
Chris volvió con el cabello húmedo y ropa limpia lo vio y se quedó parado
mirándolo fijamente.
-… ¿Qué… que haces?-
-¿Tu escribiste todo esto? Es simplemente hermoso- Dijo Oz
-DAME ESO – dijo Chris arrebatándole la libreta- Jamás le he
enseñado esta libreta a nadie… es demasiado personal…
-Lo… lo siento no lo sabía- se disculpó Oz- Pero realmente
es muy hermoso
-Mucho de lo que hay aquí esta inspirado en ti – dijo Chris
bajando la mirada
-Chris… - susurró Oz mientras se acercaba a Chris – eres una
persona fantástica, el conocerte ha sido fantástico para mí… pero tengo que
decirte algo…
Las palabras que dijo después Chris las borró de su mente
pero estoy casi seguro que dijo algo como “Despierta ya”, después de eso se
fueron al parque a acostarse un rato en el césped mientras Chris le enseñaba su
libreta más a fondo explicándole el porqué de cada escrito y de cada dibujo. De
alguna forma Chris sentía que había estado ahí antes en esta misma situación,
pero no lograba ordenar del todo su mente como para recordarlo, muchas cosas
pasaban por ella pero la que ocupaba más espacio era este momento, este
instante…
El tiempo pasó y se oscureció, se dirigieron a la casa de
Chris tomados de la mano, era como si fueran uno solo, cada uno desplegó un ala
y volaron juntos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario